miércoles, 18 de enero de 2012

Hipocondriacos del corazón!

Son las 2 de la tarde aproximadamente, aún día, aún de noche no puedo dejar de pensar en ti.
Cuando somos pequeños, a la edad  de 8 años aproximadamente, es cuando creamos en nuestra mente a lo que será nuestra pareja ideal. El mapa del amor, como yo decidí nombrarlo, lo basamos en lo que hemos visto de nuestros padres, en la escuela y en si de la sociedad que nos rodea en esta etapa de nuestra vida.

A la edad adulta, cuando vemos a la persona que llena con todas las características elegidas desde los 8 años, nuestro cerebro empieza a mandar señales a nuestro cuerpo para que reconoscamos al amor de nuestras vidas. Aunque científicamente solo sea un proceso para perpetuar la especie humana.

¿Cuales impulsos? ya sabes esos que solo pensamos que sienten los adolecentes, ansiedad (mariposas en el estómago) nerviosismo, insomnio, distracción (típico que te dicen que andas en la luna), y ese placer mezclado con sufrimiento que solo puede nacer cuando estamos en la etapa del enamoramiento, el placer de saber que esa persona también está sintiendo lo mismo que tu, y el sufrimiento ante cualquier cosa que la pueda alejar de tu lado o incluso de tu pensamiento, celos.

La mayoría de nosotros nos sentimos incapaces de caer en las garras de este sentimiento, pero si bien no es voluntario, tampoco debes ceder tan fácilmente al primer hombre o mujer  con el que te lata el corazón, podría ser una taquicardia, un fallo del corazón.

¿Como saber cuando ese sentimiento es solo una complicación de tu corazón? ¿Como saber si es real y no solo te estás enfermando crónicamente? ¿La soledad puede llegar a hacernos hipocondriacos y llegar a pensar que en vez de enfermedad estamos cayendo en las garras del amor?

Aún no lo sé.